Recientemente PwC ha publicado su Breakthrough innovation and growth (o Encuesta mundial sobre innovación), basada en las opiniones de 1.757 ejecutivos de 30 sectores y 25 países, incluida España. En cuanto me sea posible, entraré más a fondo en el informe publicado; por el momento, vamos con un adelanto de sus principales conclusiones:
- Crecimiento e innovación van de la mano: en los próximos cinco años, las empresas más innovadoras crecerán tres veces más rápido (un 62%) que las menos innovadoras (20,7%).
- El principal crecimiento será orgánico y basado en la innovación: así opina el 93% de los directivos.
- La innovación es un componente clave para el éxito futuro: así lo afirma el 100% de los ejecutivos españoles encuestados, frente al 88% de la media mundial.
- Las empresas españolas tienen mucho camino por recorrer: mientras que en Alemania el 61% de las empresas dedican más del 1% de sus ingresos a innovar, y en Francia lo hace el 54%, en España sólo el 45%. Una diferencia importante respecto al 100% que consideran clave la innovación.
- Innovar de forma distinta: las firmas punteras están explorando nuevos modelos de innovación y de transformación; fórmulas novedosas y eficaces para organizar y gestionar mejor la propia innovación y lograr mayor crecimiento.
- El papel de las redes sociales: entre las nuevas estrategias de innovación destaca el uso de las redes sociales, especialmente para responder a problemas identificados en las propias RRSS y también para proponer soluciones creativas, más aceptables que en los medios tradicionales. Las empresas españolas dicen estar por delante en el uso de esos canales (un 70%) que la media mundial (57%).
- Áreas prioritarias de innovación: sigue mandando el producto (29% de la media mundial y también de España); seguido a nivel mundial por la tecnología (20%), que en España empata con la innovación en modelos de negocio (17% ambas), mientras que en el resto del mundo queda en el 10%; por último, procesos y sistemas: en España un 9% y en el resto un 10%.
La conclusión para nuestro país me parece nítida: sabemos lo que hay que hacer y decimos que lo sabemos, pero no terminamos de hacerlo, ¿por qué?
¿Qué os parece que nos frena para tomarnos en serio la innovación a pesar de tener claro que resulta crítica para el futuro? ¿O quizá ya nos la estamos tomando en serio pero partimos de un nivel de inversión tan bajo que aún no se corresponde con la importancia que le damos? ¿O es que no sabemos por dónde empezar a innovar ni cómo hacerlo? ¿Qué opináis?