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A las concepciones de la empresa que más directamente beben de Peter Drucker con frecuencia se las agrupa bajo el nombre de Escuela Neoclásica de Dirección. Una agrupación y un título bastante discutibles, pero que ayudan a trazar el mapa de las teorías.
En cierta manera, cabe afirmar que esa “escuela” se caracteriza por el pragmatismo, por destacar los aspectos más aplicables de la dirección y por la búsqueda de resultados concretos, aunque sin descuidar la elaboración teórica necesaria. No es por tanto casualidad que el libro más leído de Peter Drucker lleve por título The Practice of Management.
Se pueden sintetizar las principales características de esta escuela de la siguiente manera:
1) Énfasis en la práctica de la dirección
Los autores neoclásicos buscaron desarrollar sus conceptos de forma práctica, teniendo en cuenta fundamentalmente la acción directiva y enfatizando sobremanera los aspectos instrumentales de la administración.
2) Reafirmación de los postulados clásicos
El neoclasicismo emerge casi como una reacción a la excesiva influencia que, en aquellos momentos, tenían las ciencias del comportamiento en detrimento de aspectos económicos y prácticos desarrollados por los autores clásicos tales como Taylor o Fayol. En este sentido, busca revitalizar los conceptos clásicos combinándolos con los que surgen de los estudios del comportamiento organizativo.
3) Énfasis en los principios generales
Los autores neoclásicos se preocuparon por establecer principios generales de administración capaces de guiar a la alta dirección en el desarrollo de sus funciones.
4) Énfasis en los objetivos y resultados
Un rasgo que claramente distingue al enfoque neoclásico de otras escuelas de management es la importancia que atribuye al establecimiento de objetivos, así como a la evaluación del desempeño en función de los resultados obtenidos. Nace así la dirección por objetivos.