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En su forma más sencilla, podemos definir un sistema como un todo unitario organizado y compuesto por elementos vinculados entre sí por relaciones de interdependencia.

Lo fundamental en un sistema es la interacción entre las partes, es decir, las relaciones entre los distintos componentes que lo forman y el comportamiento del todo como unidad, como una cierta estructura.

Recuerda, en buena medida, el célebre aserto aristotélico de que «el todo es mayor que la suma de las partes». Afirmación que ha sido ignorada por la concepción mecanicista moderna al no lograr desarrollar las técnicas matemáticas adecuadas al estudio de las «relaciones» entre los componentes de un sistema. Mientras los «filósofos» se han entretenido durante siglos debatiendo acerca de la noción de totalidad (o sistema, según la nueva terminología), los «científicos» han estado empeñados, con más éxito, en el examen y medición de los elementos constitutivos de esas totalidades. La Teoría General de Sistemas viene en auxilio de todos tratando de establecer un puente entre ambos mundos: “Las propiedades y modos de acción de los niveles superiores no pueden explicarse por la suma de las propiedades y modos de acción que corresponden a sus componentes consideradas aisladamente. No obstante, es posible llegar a los niveles más elevados partiendo de los componentes, si se conoce el conjunto de componentes y las relaciones que existen entre los mismos.” (L. von Bertalanffy, Problems of Life. 1952)

De esta manera, el término sistema cubre una amplia gama de realidades en el mundo físico, biológico y social. En el universo existen sistemas galácticos, geofísicos y moleculares;  de lo macro a lo micro. En biología se habla del organismo como un sistema de partes dependientes, cada una de las cuales abarca muchos subsistemas. El cuerpo humano es un organismo complejo que incluye, entre otros, los sistemas óseo, circulatorio y nervioso.

Ahora bien, debe notarse además que todo sistema se ubica en un medio específico que suele denominarse entorno. Siguiendo con el símil humano, es fácil ver que cada persona se encuentra a diario formando parte de fenómenos como el sistema de transporte, el sistema de comunicaciones o el sistema económico, pudiendo entenderse cada uno de ellos como entornos específicos en una determinada ocasión. Para una empresa el entorno viene definido por la totalidad de factores externos -físicos o sociales- que influyen en el proceso interno.

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