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5.000 a. C. Los sumerios inventan el apunte contable. Los egipcios, las nociones de planificación y control.
S. V a. C. Sócrates defiende la conveniencia de la especialización y división del trabajo: «Todos los trabajos se hacen mejor cuando merecen la atención plena del obrero, no distraída por ninguna otra ocupación.»
S. IV a. C. El general chino Sun Tzu opina que «el arte supremo de la guerra consiste en lograr la rendición del enemigo sin necesidad de pelear», en lo que se considera el preludio del pensamiento estratégico.
S. III a. C. Catón, administrador de Iberia, redacta las primeras descripciones de puestos de trabajo.
Edad Media. Se experimenta un gran desarrollo mercantil. Se ponen las bases de la Contabilidad que aún hoy utilizamos: Fray Luca Pacioli.
S. XVI. Maquiavelo escribe El Principe, donde recoge numerosas observaciones acerca del arte de gobernar. Tomás Moro se pregunta por el fracaso de las empresas y propone la especialización y formación en las tareas directivas.
1776. Adam Smith publica La riqueza de las naciones. Especula sobre la mejor manera de dirigir una empresa y cómo controlar las organizaciones de obreros. Se manifestó contrario a las sociedades anónimas y muy desconfiado hacia los dirigentes empresariales, a quienes consideraba egoístas e irresponsables: «Los directores de las compañías son administradores del dinero ajeno y no del propio, por lo que no cabe esperar de ellos la misma diligencia que de los propietarios de una sociedad privada.»
1798. Eli Whitney consigue una contrata para fabricar 10.000 fusiles, inventa un procedimiento de producción en masa a partir de piezas intercambiables (tardó ocho años en desarrollarlo). También experimentó diversos sistemas de control y realizó numerosos inventos.
Finales s. XVIII. El francés J. B. Say examina el espíritu de empresa y señala que los factores básicos de prosperidad son: el trabajo, el capital y el management. En Inglaterra, J. Watt y M. R. Boulton desarrollan nuevas técnicas de dirección y control. Empieza a perfilarse la figura del gerente. Hasta la revolución industrial no se percibe la necesidad de contratar a expertos en gerencia, si exceptuamos a los administradores de fincas. Desaparecen los gremios pero el trabajo sigue estando organizado por oficios, y no existe el “oficio” de dirigir.
1800. El empresario escocés R. Owen asume el mando de una factoría en New Lanark. En su idealismo, destaca por el empeño en una dirección del personal más humana, apoyado en unas convicciones sobre la clase obrera que chocan con las admitidas por sus colegas. Reduce las jornadas de trabajo y sube los salarios, deja de emplear niños abandonados y aumenta la edad mínima a los 10 años, además de prohibir los malos tratos. Establece sistemas sencillos de evaluación y se preocupa de la instrucción. Como consecuencia, las condiciones laborales mejoran y la producción aumenta; pese a ello, no disminuye la oposición de sus socios y tampoco encuentra seguidores.
1832. Ch. Babbage publica el primer bestseller empresarial: On the Economy of Machinery and Manufactures, que adelanta ideas principales del taylorismo.
1800–50. T. Salt funda la comunidad de Saltaire con el fin de colocar a los obreros en un entorno más saludable que el típicamente fabril. G. Palmer introduce la seguridad en el empleo, los centros culturales para obreros y el seguro por enfermedad. Durante este período, la complejidad en la dirección se multiplica en cada decenio y se crean situaciones inéditas para la gestión, en parte provocadas por el aumento de transporte por carreteras y canales, la aparición del ferrocarril y la apertura de mercados para máquinas de vapor. Se comienzan a combinar las nociones de dirección de personal y organización del trabajo. Las compañías comerciales formarán administradores para las grandes plantaciones, en las que se sigue el modelo de la Administración civil británica, que a su vez está copiado de la militar.
1861. J. Stuart Mill publica Del gobierno representativo, donde defiende que, para una correcta administración de la India, los cargos importantes deben otorgarse a los mejores candidatos y después apoyarlos con formación, en lugar de aceptar a los recomendados. Así se logrará mantener el imperio inglés en la India.
Finales s. XIX: Cada vez se ve más clara la necesidad de directivos bien preparados, en los que se valora la capacidad profesional más que las riquezas o el origen familiar. La función directiva se independiza de las relaciones de propiedad y se convierte en una función específica y cualificada. Se ponen en marcha las primeras escuelas de dirección, tanto en Europa como en Norteamérica. Aparecen numerosos informes y libros lamentando la insuficiencia de la formación empresarial, a la vez que se deja ver que la definición de management es ambigua y cambiante por lo que apenas se cuenta con manuales ni técnicas específicas de formación.
1888. H. Fayol es nombrado Director General de la minera Comambault, en la que permanecería hasta 1918. Administration Industrielle et Générale aparece en 1916.
1895. F. W. Taylor publica A Piece Rate System. En 1911 ve la luz The Principles of Scientific Management.
1911. El matrimonio Gilbreth escribe su Motion Study.
1919. E. Mayo publica su primer libro: Democracy and Freedom.
1920. H. Ford logra fabricar un coche por minuto, gracias a la automatización de la cadena de montaje.
1923. A. Sloan es nombrado presidente de General Motors.
1924. Th. Watson sr. rebautiza su compañía con el nombre de International Business Machines (IBM).
1927. Dan comienzo los experimentos de Hawthorne.
1933. Aparece The Humans Problems of an Industrial Civilization, de Mayo. En 1945 sale The Social Problems of an Industrial Civilization y diseña los cursos de entrenamiento T–Group.
1936. Roosevelt crea con L. Gulick y L. Brownlow la Administrative Management Commission.
1938. Ch. Barnard da a la imprenta The Functions of Executive.
1939. Aparece Management and the Worker de F. Roethlisberger y W. J. Dickson. P. Drucker escribe su primera obra: The End of Economic Man.
1941. M. Parker Follett publica Dynamic Administration.
1946. The Making of Scientific Management, de Urwick y Brech.
1947. Se funda en Londres el Instituto Tavistock, formado por un equipo de psiquiatras, psicólogos, sociólogos y antropólogos interesados en estudiar los cambios en las organizaciones y en la sociedad como consecuencia de la crisis de gobierno suscitada en el ejército, entre otras cosas, por la derrota de Dunquerque.
1949. N. Wiener publica Cybernetics.
1951. Se instituye en Japón el premio Deming a la mejora de la calidad.
1954. Aparece The Practice of Management, de P. Drucker.
1957. Ch. Argyris publica Personality and Organization.
1958. Organizations, de J. March y H. A. Simon.
1959. The Motivation to Work, de Herzberg, Mausner y Snyderman. H. Geneen es nombrado presidente y director general de la ITT.
1960. D. McGregor publica The Human Side of Enterprise y A. Maslow, Motivation and Personality.
1960’s. Los profesores de la Harvard Business School, C. Roland Christensen, Kenneth Andrews y Igor Ansoff popularizan el análisis de casos para profundizar en las estrategias empresariales de las grandes corporaciones norteamericanas.
1964. Blake y Mouton, The Managerial Grid.
1965. A. Sloan publica My Years with General Motors, e I. Ansoff Corporate Strategy. Se inauguran las dos primeras escuelas británicas de empresariales en Londres y Manchester.
1967. E. de Bono, The Use of Lateral Thinking. Lawrence y Lorsch, Organization and the Environment.
1973. H. Mintzberg, The Nature of Managerial Work.
1977. A. Zaleznik publica en la Harvard Business Review, “Managers and Leaders: Are they different?”
1980. Libro blanco de la NBC If Japan can, Why can’t we?, que resucita en EEUU el interés hacia la calidad.
1982. T. Peters y R. Waterman, In Search of Excellence, que se convierte en el primer bestseller de tema empresarial. K. Ohmae, The Mind of Strategist.
1985. M. Porter, Competitive Advantage.
1991. J. Barney, Firm resources and sustained competitive advantage.
1995. Aparece Competing for the future escrito por G. Hamel and C.K. Prahalad.
A partir de los 90 se produce tal eclosión de propuestas que resulta casi imposible destacar unas sobre otras.